Nota de lectura sobre "Un oscuro día de justicia" de Rodolfo Walsh

 


              En este cuento, situado en un internado cristiano masculino, seguimos primeramente al celador Gielty, un hombre frío, reservado y conservador, que, usando el plan de Dios como excusa, organiza secretamente un club de pelea con algunos de sus estudiantes. “El Gato” es uno, rápido, ágil y fuerte, y por otro lado el pequeño Collins, un niño pequeño, débil y torpe al que Gielty elige con la intención de prepararlo para los abusos de la vida.

            Al principio del cuento, el narrador menciona la caída a la locura de Gielty y lo atribuye a un tal “Malcolm”, del que realmente no hay información. Mientras el cuento transcurre y Collins va perdiendo la fe de realmente mejorar, cansado, adolorido y enfermo decide contactar con su tío por ayuda, este resulta ser Malcolm. El mismo promete a Collins que irá el domingo al instituto y que matará a golpes al celador.

            La voz se esparce por el internado y los chicos esperan ansiosos la venida de Malcolm, felices de ver el día en el que el celador, el brabucón mayor e intocable sentirá un poco de su propia medicina y se verá expuesto a la vergüenza y abuso que él mismo imparte a los chicos. Sabiendo lo que le espera, Gielty cae por este espiral de locura del cual el narrador nos avisó al principio.

            Llegado el domingo, Malcolm parece terminar vencedor de la pelea y festeja con los demás a su alrededor, pero mientras esto ocurre, Gielty lanza un golpe que lo toma por sorpresa y lo desestabiliza, permitiéndole dar la vuelta el resultado. Los chicos quedan destruidos, dándose cuenta que la enseñanza que estaba intentando imponerles el celador Gielty era cierta y que solamente podrán valerse de sí mismos, que la única forma de hacer justicia es a manos propias.

            Teniendo en cuenta el contexto histórico en que es escrito este cuento, muchos análisis sostienen que la figura del tío Malcolm representa al recientemente fallecido Che Guevara, haciendo alusión a que el pueblo se quedó sin la figura de héroe, y debe valerse por sí mismo. En otros análisis, es Perón quien ocupa esta figura, con las expectativas sobre su vuelta del exilio y fin de la proscripción del Peronismo, que terminan cayendo en picada tras su último mandato y posterior defunción.

El narrador parece guardarse mucha información para sí mismo durante la historia, lo que proporciona son migajas de esta en el transcurso de la misma, dejando así al lector en un estado de constante confusión. La trama principal la ubica en la jerarquía social del internado, pero el sentido más profundo habla de las convicciones tanto respecto a la religión y mismo a la mentalidad de la sociedad. En lo personal no me gustó la forma en la que planteó esto, siento que fue muy confuso y el mensaje se podía transmitir mejor de otra forma.


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