Nota de lectura sobre "El chico sucio" de Mariana Enríquez
En esta historia narrada en primera
persona, seguimos la vida de una chica de clase media acomodada que, teniendo
la posibilidad de vivir en una linda zona de la ciudad, decide vivir en
Constitución, el barrio más peligroso de la ciudad. La misma va
contextualizando y poniendo sobre la mesa la mística que posee el barrio, los
encantos y los peligros que le otorgan su fama, parece presentarse como una
crónica de vida más en una gran ciudad.
Desde este lugar de privilegio,
cuenta su relación con los sectores más vulnerables de la sociedad,
principalmente del “chico sucio”, como ella identifica al niño que vive en unos
colchones en la esquina de su casa junto a su joven madre adicta.
Si bien el cuento nunca promete ser
uno de aquellos felices, a medida que la historia avanza y los giros de trama
van ocurriendo, cada vez se torna más oscuro y sombrío. Acompañamos el estado
de confusión de la protagonista, vamos descubriendo la historia a la par que
ella y eso genera mucho suspenso, factor importante que posea el cuento ya que
en un punto se hace difícil de leer. Manteniendo al lector pendiente del
desenlace, el final pone a prueba su atención, ya que es bastante abierto, pero
al mismo tiempo específico dentro de un contexto, fácil de deducir si se hizo
la tarea.
Uno podría interpretar la historia
como una crítica social a lo olvidadas y desprotegidas que se encuentran las
personas en situación de calle, sobreviviendo con lo mínimo día a día sin
ningún organismo que los proteja ni les garantice un mañana. Pone en
perspectiva lo frágil de sus vidas y cómo estas penden siempre de un hilo.
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